Quiere Calderón
callar a defensores de DH
DIARIO MARCA
El sacerdote
Alejandro Solalinde Guerra acusó al gobierno de Felipe Calderón de querer
callar las voces de los defensores de derechos humanos, luego de que fue citado
a comparecer en calidad de indiciado ante un agente del Ministerio Público
Federal dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR), acusado
por los presuntos delitos de abandono de persona e infringir malos tratos a un
migrante guatemalteco.
El clérigo
acudió este jueves escoltado por tres elementos federales que lo custodiaron
desde su salida del albergue “Hermanos del Camino”, localizado en la región del
Istmo de Tehuantepec-, donde es el benefactor, hasta la sede de la tercera
agencia investigadora donde fue informado de la causa penal que se le instruyó.
Indignado,
Solalinde Guerra admite que el proceso en su contra “es parte de una
estrategia, una artimaña del Instituto Nacional de Migración (INM), bien armada
por el Gobierno Federal, para causar el desprestigio de quienes han alzado la
voz para denunciar abusos y atrocidades”.
“A uno los han
asesinado, a otros intimidado y al resto prefabricado delitos para asustarlos”,
evidenció al advertir que seguirá en su lucha por defender a quienes son
pisoteados por ser diferentes.
Solalinde indica
que hay subordinación de la política migratoria a los intereses de los Estados
Unidos para señalar a los indocumentados como terroristas y criminales.
“Es una política
de Estado, que no vamos a tolerar y seguiremos denunciado aunque con ello nos
quieran inventar mil delitos para citarnos a comparecer ante la justicia por
acciones y delitos que somos incapaces de cometer.
De acuerdo el
expediente de investigación PGR/OAX(3) 220/2011, en poder de la mesa tres del
agente del Ministerio Público Federal, Alfonso Jarquín Díaz, Alejandro
Solalinde Guerra comparece en calidad de indiciado por haber presuntamente
abandonado y ofrecido trato inhumanos al guatemalteco Juan Francisco Silvestre.
Según lo dicho
por la víctima, el 27 de septiembre pasado, Alejandro Solalinde lo abandonó a
su suerte al notar que padecía de un mal congénito en los ojos.
Sin embargo y en
su defensa, el sacerdote y coordinador de la Pastoral para la Movilidad Humana
de la Arquidiócesis de México, dijo que el migrante abandonó el refugio y
casa_hogar ubicado en la ciudad de Oaxaca, cuando se le expresó que no se
contaban con los recursos económicos para trasladarlo a sus destino.
“Por ello, éste
ya no quiso nuestra ayuda y decidió irse por su lado, pero fue en Puebla donde
lo detuvo el Instituto de Migración”, aseguró.
Comentó que son
una institución humanitaria que trata de ayudar dentro de sus posibilidades al
migrante, porque en este caso le correspondería al Estado tomar cartas en el
asunto, “y no lo hace, porque a quien se debería denunciar es a la empresa que
no tuvo el cuidado para su trabajo”.
El padre
compareció acompañado por Elizabeth Lara Rodríguez, coordinadora estatal de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en Oaxaca, con sede en Ixtepec.
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